miércoles, 7 de octubre de 2009

La culpa

EL JUEGO DE LA CULPA

Por Rebeka Piña



De ignorante y brutal es el culpar a otros de las propias miserias. Aquel que a sí mismo se culpa de su infortunio, comienza a entrar en el camino de la sabiduría; pero el que ni se acusa a sí, ni a los demás, es perfectamente sabio.
- Epicteto



¡Cuántas veces condenamos cuando deberíamos perdonar, o censuramos cuando deberíamos alabar! ¡Cuánto pesar sería aliviado con palabras de alegría y de perdón!

E. Holmes La Ciencia de la Mente 427.4



Así como mi temor es el uso negativo de mi fe, culpar a otros (o a mí mismo) es el uso negativo de mi relación con ellos. En ambos casos, mi negatividad me daña a mí mismo.



Si permanezco en un estado de enojo, animosidad, impaciencia, disgusto, indignación, irritación, o celos por alguien, estoy dañando los canales de mi bien-estar y bloqueando el paso a la energía creativa.



El juego de la culpa siempre resulta contraproducente. Eso es inevitable ya que cada uno ve la vida desde su propia perspectiva, y según el color de su lente. La responsabilidad de elegir cómo responder al estímulo externo reside en mí por completo, no en aquellos en quienes trato de trasplantar mis propios sentimientos de condenación. Por grande que sea la influencia que yo tenga en los asuntos de los demás, solamente tengo autoridad sobre los míos. Quizá es por eso, que cuando alguien trata de culpar a otros por algo que le sugirieron hacer y que resultó mal, se olvida de que la decisión y autoridad de aceptarla o no, fue (y es) siempre suya.



Culpar es estresante y convierte mi bien-estar en mal-estar. Apuntar el dedo a los demás por lo que me pasa, es destructivo. Culpar a otros lastima a todos, haciendo que al final de cuentas los que culpan sean los que resultan más lastimados. Cultivemos mejor la intención de perdonar, evitando hacer juicios y tomando decisiones inteligentes y amorosas.


Me percato de que la falta de perdón reside en mí y no en las personas o circunstancias a quienes culpo. Por lo tanto, sé que yo mismo soy quien sufro las consecuencias de no perdonar. Doy gracias por darme cuenta de esto y declaro mi nueva intención de vivir sin culpa, dejando ir los errores del pasado. Doy gracias por esta realización, y la dejo ser.



AFIRMACION

DEJO IR LOS ERRORES DEL PASADO Y DECLARO MI NUEVA INTENCIÓN DE VIVIR SIN CULPARME Y SIN CULPAR… ¡Y ASÍ ES!

1 comentario:

  1. habemos tantos y millones aspirando a la sabiduría ... aprendiendo cada día que solo y exclusivamente que de los errores y de las equivocaciones aumentamos nuestras fortalezas ....

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