jueves, 8 de enero de 2009

DINERO

El dinero es, en realidad, una energía, pero el hombre común todavía no lo ha comprendido. En general, lo usa como medio de adquirir lo que desea, someter a los otros a su voluntad o de hacerlos trabajar en beneficio propio. Quienes han alcanzado una mediana evolución, suelen usarlo para satisfacer a quienes lo rodean, es decir, para expresar amor personal. Casi siempre el egoísmo es el motivo propulsor del uso del dinero, aunque en el ejemplo anterior esté mezclado con el afecto. En raras ocasiones el dinero se emplea en pro del bien universal, pues el deseo o la tendencia de un individuo por lo general se anteponen a prioridades mayores.

En vez de cumplir la tarea que le estaba destinada, la de materializar lo necesario para la vida, el dinero se convirtió en un medio de acumular crédito, bienes y prestigio - que no son riquezas genuinas, pues el valor que se les atribuye, deriva de conceptos mentales desprovistos de consistencia real.

En esta civilización la mente racional ha llegado a un callejón sin salida, y sólo la luz intuitiva puede revelarle al hombre cómo salir. Surgió de la confrontación entre las fuerzas retrógradas y las de la evolución. Las fuerzas retrógradas crean atracciones ilusorias a fin de mantener a la humanidad sometida al poder del dinero y de las corrientes involutivas del universo. Para lograrlo, se valen de la separatividad, de la posesividad y de la disputa, actitudes que el hombre normalmente cultiva.

Al dinero se le dio un valor intrínseco cuando en realidad, debería ser sólo el símbolo de un bien material, un instrumento que favorezca permutas y provea la base externa para el desenvolvimiento de la consciencia. Al igual que cualquier otra energía, el dinero es neutro e impersonal. Dependiendo de su uso, puede convertirse en un impulso de crecimiento y evolución, o de degeneración y retroceso.

Desde sus orígenes, la circulación del dinero en el planeta ha estado dominada por fuerzas oscuras que, en esta época, actúan en la humanidad, sobre todo en el plano mental. Exacerban el instinto sexual, la ambición y el egoísmo, facetas de una tendencia retrógrada que hay que vencer. La sublimación de una de esas facetas se refleja en las demás y ayuda a elevar al ser. La catástrofe mundial, hoy inminente, es en gran parte fruto de esa tendencia retrógrada, del uso descontrolado de energías básicas. Los recursos que ofrece la Tierra son diezmadas en nombre de lo superfluo, con el estímulo de la propaganda patrocinada por potencias económicas.

Sri Aurobindo advirtió que tres grandes problemas mundiales son insolubles si no se los considera según parámetros de la vida supramental: el dinero, el gobierno y la salud. Según la ley espiritual, si el hombre se olvida de sí y usa sus propios bienes para suplir a los más necesitados, descubre una vida más abundante. Pero, mientras eso no ocurre, siempre habrá más pobreza material, desorden e inquietud. Según algunas previsiones, el dinero perderá su valor a tal punto que el hombre adoptará el sistema de trueque aun antes del fin de esta civilización.

Del libro LÉXICO ESOTÉRICO de la Obra de Trigueirinho

Fuente: Boletín SEÑALES # 6/97 de Figueir

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